Al llegar al aeropuerto no vi
algún letrero de bienvenida o el decálogo contra el cambio climático, solo un
pequeño poster que se perdía entre los anuncios de publicidad convencional. Por
lo menos en la zona de llegadas nacionales el viernes aún no se respiraba la
COP 16. Desde la reunión de Poznan (COP 14) se rumoraba que México sería sede
para COP 16; en el inter hubo una competencia con Perú, finalmente la COP fue
para México. En el 2010 hubo muchos cambios sobre la marcha para la
organización de la COP; al principio
estuvo a cargo de la Secretaría de Turismo y después estuvo coqueteando con la
de Medio Ambiente y Recursos Naturales hasta que quedó en la de Relaciones
Exteriores. Esperemos que esto no se vea reflejado en la organización.
Aún no contaba con mi gafete de
participante así que no esperaba contar con un servicio de transporte gratuito.
Tomando providencias investigué que la mejor forma de llegar a mi hotel desde
el aeropuerto era tomando un autobús que sale cada hora; esperé por cuarenta minutos
el siguiente servicio. En este tiempo platique con un paramédico que estará
presente durante la conferencia, me comentó que esperan manifestaciones y que
tendrán preparados decenas de puestos de socorro para cualquier eventualidad.
También mencionó que una ventaja de las sedes oficiales es que es muy fácil
restringir el acceso a ellas, entonces se reduciría el riesgo de que alguna
manifestación se saliera de control por lo menos cerca de la zona donde se
realizarán las negociaciones. Las sedes de la COP 16 son el Cancun Messe –un
centro de convenciones- y el Hotel Moon Palace. Ambos están situados
aproximadamente a 10 km de la ciudad de Cancun, y aproximadamente 40 km de
Playa del Carmen sobre la Riviera Maya. Solamente cuentan con un acceso por la
carreta federal 307.
Para que los negociadores puedan
hacer su trabajo, primero deben llegar al lugar puntualmente y de preferencia
de buen humor. En Copenhague la comida fue famosa entre los pasillos por su
monotonía, en general fue mala; hace un año más de alguno mencionaba en son de
broma que la mala comida, el frío, la lentitud para el ingreso y la
distribución interna del lugar –que provocaba que los pasillos estuvieran
siempre saturados- influyeron en que no
se hayan alcanzado más acuerdos.
El día de hoy (sábado) fui al
Cancun Messe para registrarme y obtener mi gafete, afortunadamente no había
filas y el proceso duró sólo un par de minutos. Los stands estaban vacíos y ya
etiquetados mostrando el nombre de las organizaciones y países que estarán presentes.
El salón de cómputo donde los delegados, periodistas y negociadores se
mantendrán en contacto con sus países de origen también ya está en
funcionamiento; en esencia la organización y distribución internas no son muy
distintas a las de las COPs anteriores. Sin embargo en la parte exterior,
aunque espero estar equivocado, creo que la logística de transporte será un
problema.
El transporte público en la región
es modesto, consiste en los autobuses foráneos (p.e. ADO), las combis o vans
(colectivos) y taxis. Como asistentes acreditados estos servicios no son
gratuitos, esto es señal que no se realizó un acuerdo con ellos por parte del
comité organizador. Había también la propuesta de un país europeo para donar
bicicletas y que parte de los traslados fueran por este medio, sin embargo al
no contar con la infraestructura, cultura y condiciones de seguridad
suficientes esta opción fue desechada.
La solución fue crear nueve rutas de autobús exclusivo que van desde los
lugares sede hasta hoteles “oficiales” seleccionados; la mayoría son grandes
hoteles de corporativos transnacionales. Quienes no hayan llegado a estos
hoteles “oficiales” deberán absorber los costos para llegar a ellos; además no
hay rutas gratuitas que lleguen hasta Playa del Carmen.
Las rutas de autobuses correrán
cada media hora –por lo que vi hoy, será un autobús normal por ruta con
capacidad aproximada de 50 pasajeros-. La puntualidad dependerá tanto del
tráfico como de la presencia de retenes de seguridad en la carretera. Somos
alrededor de 16,000 personas acreditadas. Si todos quisiéramos llegar a la
misma hora a la sede –y puesto que todas las rutas confluyen al Messe-, harían
falta más de 300 camiones; esto sin contar a manifestantes no acreditados.
Parece que el servicio de autobuses gratuitos será insuficiente.
Tampoco será fácil llegar en un
auto propio, o rentado y entrar a las sedes –lo que supongo que será
fuertemente controlado-. Ya el viernes había autos estacionados junto a la
carretera y había vallas para proteger los accesos al lugar. No hay paraderos
para las combis, taxis o autobuses foráneos –ni de Norte a Sur ni de Sur a
Norte-. Además el Messe está sobre la parte Oeste de la carretera, esto
significa que quienes lleguen del Sur (Puerto Morelos y Playa del Carmen)
deberán ya sea ir hasta el retorno siguiente y dar vuelta en “U” afectando la
circulación en ambos sentidos o deberán bajarse del lado Este de la carretera y
de alguna forma cruzar la carretera de cuatro carriles incluyendo las vallas
que ya están puestas; no hay paso peatonal. El personal clave como negociadores o algunos miembros de las
delegaciones oficiales serán trasladados en vehículos a parte (p.e. Vans,
Sprinters, etc); es tal la demanda de estos transportes que incluso se
considera llevar vehículos de empresas de transporte privado de lugares tan
lejanos como Guadalajara.
La forma en que este planteado el
transporte para la COP me parece que no es incluyente ni plural como se
mencionó en un principio. Se puede anticipar que la mayor derrama económica
directa será absorbida por los grandes corporativos hoteleros por lo que el
impacto en la economía local será muy diferenciado. Cuando no estén en las
sedes oficiales los participantes estarán aislados en sus hoteles, con muy
pocos sitios comunes alternativos de encuentro. Qué lástima pues esto reduce
las oportunidades para negociaciones informales; no faltan las leyendas que se
escuchan en los pasillos de las COP que algunas partes de los acuerdos se han logrado cuando el negociador A se
encontró casualmente con el B en un restaurante y dirimieron sus diferencias.
Finalmente el problema de transporte público/colectivo no es privativo para la
COP 16 sino es un reflejo de nuestras prácticas y políticas a nivel nacional;
ya lo dijo nuestro presidente hace unas semanas, México es campeón mundial en
producción de autos. Es difícil mitigar el cambio climático así, el transporte
ya representa el 20% de las emisiones de nuestro país. Mañana, domingo
hablaremos de por qué Copenhague no fue (del todo) un fracaso.
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