Terminó la COP. En la madrugada del sábado
la canciller Espinosa adoptó con 193 países a favor y la objeción de Bolivia,
los Acuerdos de Cancún. Esto parece ser una bocanada de aire puro que
restablece la confianza interna en los esfuerzos internacionales oficiales para
la mitigación del cambio climático. No es ni por mucho lo que necesitamos hacer
para mitigar el cambio climático, pero es lo que se necesitaba ahora para mandar
una señal de voluntad política internacional. Esto es un proceso, las cosas no
se resolvieron en Kyoto, ni se perdieron en Copenhague; Cancún es un paso más
que ahora nos llevará a Durban al final
del próximo año; podemos y debemos apresurar el paso.
Bolivia se opuso a los acuerdos, mencionaba
entre otras cosas que aceptar un incremento de la temperatura de 2°C es algo ya
inaceptable para algunos de los países más vulnerables. Desde esa postura era
mejor no actuar en absoluto puesto que no se tenía un acuerdo ideal en el cual
los otros países adoptaran una posición de mayor responsabilidad desde la
perspectiva del país sudamericano. Aún falta ver el fin que tendrán las
apelaciones de Bolivia al seno de las Naciones Unidas.
Los Acuerdos de Cancún formalizan varios de
los puntos que se establecieron el año pasado en los Acuerdos de Copenhague; uno
de los principales acuerdos se relaciona con la creación de un fondo para
financiar actividades de mitigación y adaptación al cambio climático que alcanzará
los 100 mil millones de dólares por año hacia el 2020. Este acuerdo también se
muestra como el éxito en la propuesta del presidente Calderón de impulsar el
llamado fondo verde. El Banco Mundial será el fideicomisario del fondo. Tanto en
los acuerdos de colaboración de largo plazo como los trabajos del Protocolo de
Kyoto se toma nota de los compromisos domésticos de reducción de emisiones que
los países han comunicado a la CMNUCC. La implementación de REDD+ inicia con la
elaboración de planes de acción por país, aunque aún no está claro cómo se
realizarían los pagos o la generación de incentivos positivos para los países
que implementen exitosamente estas actividades. Se establece como intención que
inmediatamente a la conclusión del primer periodo de compromiso del Protocolo
de Kyoto inicié el segundo para no generar ninguna laguna; aunque no hay
compromisos aún por país se reconoce la necesidad de reducir las emisiones de
los países Anexo I entre 25 y 40% para el año 2020. Dentro del mecanismo MDL se
autoriza el desarrollo de proyectos de captura y almacenamiento geológico de
gases de efecto invernadero para lo cual aún falta por desarrollar las
metodologías técnicas; de igual forma se crea un mecanismo de crédito y
financiamiento de proyectos MDL para promover la difusión e implementación de
estos proyectos en países que actualmente tienen poca participación en este
mecanismo.
La creación del fondo verde es una medida
que en principio parece diametralmente opuesta los esfuerzos actuales de
mitigación basados en mecanismos de mercado. Por ejemplo en el Protocolo de
Kyoto se fijó primero una meta cuantificable de reducción de emisiones, y
después se habilitó el desarrollo de actividades basadas en mercados para
alcanzar la meta al menor costo posible. Con el fondo verde parece que se
procederá a la inversa, se tendrá un presupuesto para mitigación y adaptación
al cambio climático; sin embargo no se tiene idea aún de cuáles serán los
mecanismos y procedimientos para asignar los recursos, el costo efectividad de
su aplicación, ni los resultados tangibles que los esfuerzos mitigación podrían
alcanzar.
Es palpable que las grandes empresas
petroleras y gaseras se han desmarcado y des-estigmatizado en los discursos
oficiales que se pronunciaron en la COP y eventos paralelos. Se habla de
emisiones, pero no se menciona que el origen de la mayoría de las emisiones
proviene de la quema de petróleo y combustibles fósiles. En contraparte en el
discurso se habla directamente del 20% de las emisiones que se asocian a la deforestación
y degradación forestal siendo este el punto de contacto con el cual se está
subiendo al barco de la mitigación a los países en desarrollo. Es una realidad
que mucho países en desarrollo (p.e. México, Venezuela, Bolivia, Nigeria)
contribuyen en sociedad con países y empresas de países desarrollados en la
generación de emisiones por medio de la venta de petróleo y gas natural; la
reducción de emisiones en países desarrollados está necesariamente vinculada
con la economía de estos países en desarrollo que son productores de petróleo.
La creación de fuentes de energías
renovables, no elimina la generación de emisiones de efecto invernadero, en
todo caso las posponen; el petróleo que no se quema este año se quemará al año
siguiente. Bajo la óptica de apoyar la reducción de emisiones se está llegando
a los extremos de por ejemplo pagar a países por no utilizar –o reducir el
ritmo de utilización- de sus reservas de petróleo (p.e. Ecuador). En principio
esto significa que hacer menos mal –contaminar menos- es equivalente a hacer un
bien encerrando una discusión ética de fondo. Creo que hará más sentido en el
futuro la creación del impuesto al carbono –para gravar la contaminación- y la creación
de incentivos positivos para compensar a quien genere beneficios netos, por
ejemplo por la conservación de bosques o la remoción del dióxido de carbono de
la atmósfera. No en balde universidades como la de Yale o Twente por citar
algunas, cuentan con equipos de investigación dedicados a generar procesos de fotosíntesis
artificial para remover el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera.
¿Pueden las empresas petroleras reducir en un 20 o 50% el ritmo de extracción
de combustibles fósiles –y duplicar el tiempo de duración su negocio- para
reducir las emisiones? ¿Podemos generar más energía por fuentes renovables a
este ritmo para reducir esta producción?
Cada vez el balance está más marcado entre
las necesidades de mitigación y de adaptación a los efectos del cambio
climático; este es un signo de que se reconoce que los efectos negativos de
este fenómeno están llegando con mayor rapidez y severidad de lo que se había
anticipado. Los daños asociados al cambio climático se generan por la
combinación de los factores naturales con los factores humanos que algunas
veces rayan en la negligencia al permitir el desarrollo de actividades humanas
en zonas de alto riesgo y vulnerabilidad. Sin embargo la escala de las
catástrofes potenciales relacionadas con el cambio climático pueden rebasar a
los gobiernos locales, regionales e incluso nacionales para afectar regiones
enteras del planeta. Ejemplos de estas consecuencias serán la pérdida de
estados insulares y el efecto de huracanes o sequías; así como inundaciones
como los que en este año se observaron en Paquistán, Colombia, Venezuela y en
nuestra ciudad de Monterrey o incendios como los de Rusia.
Muchas decisiones se han postergado hasta
la siguiente reunión en Sudáfrica, el plan de Acción de Bali que entre otras
cosas definía la agenda para los compromisos de cooperación a largo plazo
(incluyendo REDD+) debió concluirse en Copenhague; tendrá para entonces dos
años de atraso. Muchas de las críticas al proceso dentro de la CMNUCC es que es
lento y burocrático; alternativamente ha surgido mecanismos “voluntarios” de
mitigación del cambio climático. Se llaman voluntario porque las acciones no
son motivadas por el cumplimiento legal derivado los objetivos de reducción de
emisiones oficiales adoptados por los países o dentro del CMNUCC sino por
empresas o individuos interesados en mitigar el cambio climático (p.e. por responsabilidad social y ambiental, marketing
ecológico). Este mercado voluntario aún es pequeño pero es dinámico y está en
crecimiento.
Cómo podemos hacer que Estados Unidos o
Japón -o cualquier país- adopten
objetivos de reducción de emisiones de acuerdo a lo que pensamos que son sus
responsabilidades? La verdad es que nosotros no podemos hacer nada; las negociaciones
se llevan a cabo entre representantes gubernamentales. Los únicos que pueden
afectar la postura de Estados Unidos o Japón son los ciudadanos de esos países,
son los únicos que pueden actuar para elegir representantes que compartan
ideales afines a estos objetivos y son los únicos que pueden presionar que su
gobierno adopte X o Y postura. Igual en México, a final de cuentas la postura
del país debe reflejar la postura de los mexicanos y uno de un sector
académico, científico, político o económico en particular. Necesitamos
información para forjar nuestra opinión y conocer las opciones que tenemos y
sus implicaciones. Parece muy difícil que a nivel internacional se logren los
“acuerdos vinculantes” que muchos claman. De hecho ante la falta de una
instancia internacional que garantice el cumplimiento de los objetivos de
reducción de emisiones, parece que en esencia cualquier acuerdo vinculante o no
vinculante adoptado por un país, es de hecho un objetivo voluntario. El hecho
de que no se “oficialicen” los objetivos de reducción de emisiones no significa
que la lucha de mitigación del cambio climático esté perdida; pero si nos habla
del grado de importancia que tiene el tema para los grupos de tomadores de
decisiones que nos representan. Existen
esquemas de mitigación que se están desarrollando en paralelo, por ejemplo mercados de carbono en Europa, en
Norteamérica, está el mercado MDL y el mercado voluntario en los países en
desarrollo; los mercados se están creando por país o por región y seguirán
proliferando. Será crítico crear una plataforma común de contabilidad, reporte,
monitoreo y verificación para que los diferentes esfuerzos converjan y puedan
ser comparables y coordinados. Sin
embargo solamente la implementación de estas actividades y la creación de
políticas y regulaciones desde el ámbito local podrán favorecer las acciones
prácticas para mitigar y adaptarnos al cambio climático. Ahora más que nunca cobra
fuerza el proverbio ambiental “actúa localmente, piensa globalmente”.
Quiero agradecerte a ti amable lector por
tu tiempo espero que hayas encontrado estos comentarios interesantes; también
quiero agradecer a Augusto y Maricarmen por su invitación a realizar estas
notas. Hasta pronto.
Video Última sesión plenaria, cooperación
de largo plazo.
Video de la Última Sesión (Protocolo de
Kyoto)
Texto Acuerdos a Largo Plazo.
Texto Acuerdos Grupo de Trabajo Protocolo
de Kyoto.
Nota Proyecto Ecuador, Compensación por No
Explotar Petróleo.
Cobertura en Bolivia.